jueves, 29 de diciembre de 2011

Subsidios en el Ecuador


Subsidios en el Ecuador

Rodrigo Humbol
 
En el país hablar de subsidios es hablar de un derecho que los ciudadanos lo han tomado como propio e irrevocable y que políticamente no es deseable ni siquiera hablar de una posible eliminación del mismo, esto gracias a que por la ineficiencia de los mismos se han convertido en un derecho adquirido para los ciudadanos, lacerando considerablemente la economía del país.

La teoría económica nos señala que para que un subsidio sea eficiente debe cumplir con tres características fundamentales, la primera es que debe estar focalizado a la población que necesita del mismo, es decir, debe ir dirigido a la población que más lo necesite y tener fines de desarrollo humano, en segundo lugar debe ser temporal, lo que quiere decir que el beneficiario no debería gozar toda su vida del subsidio, sino que debe cumplir un periodo especifico de tiempo para canalizar la ayuda, y por último debe ser controlado, de tal manera que se pueda medir su retorno social y los beneficios que causa a la sociedad. Como se puede palpar ninguno de los subsidios en el Ecuador cumple a cabalidad con estas características lo que conlleva al problema antes mencionado, que el subsidio se convierte en un derecho adquirido.

Existen doce subsidios en el país: a los combustibles, al sistema de seguridad social, al sector eléctrico, al bono de desarrollo humano, a la vivienda, al Banco del Estado, a la úrea, a la harina, al arroz, al crédito de desarrollo humano, al Banco de Fomento, entre otros; los cuales en el año 2010 alcanzaron los USD 6.590 millones, monto que el Estado asume como gasto corriente, es decir permanente y que se financia con la recaudación impositiva de los ecuatorianos.

De todos los subsidios antes mencionados, al más cercano al cumplimiento de las características teóricas, es el Bono de Desarrollo Humano, que representa aproximadamente un 9% del total de los subsidios. Se dice que es el más cercano al sustento teórico por el hecho de que posee un mayor control que el resto de subsidios al tener condiciones básicas para la obtención del mismo, como la asistencia de los hijos del beneficiado, a la educación básica y las visitas periódicas al médico. Si bien es cierto el BDH, teóricamente, se acerca más a la “eficiencia” que los demás subsidios, pero se puede comprobar que este, por mucho, no es eficiencia en la práctica, esto debido a que la estructura institucional necesaria, para el buen funcionamiento de este, no se encuentra instalada en el país, por ejemplo el control no es efectivo, lo que da paso a que individuos que no deberían contar con este beneficio lo consigan, lo que también nos da señales de la falta de cultura productiva y emprendedora que existe en el país, lo que también puede darse por los pocos incentivos existentes a este sector tan importante dentro de la economía de cualquier país.

El segundo subsidio con mayor participación es el de la seguridad social que representa aproximadamente el 13% del total y constituye principalmente el pago de alrededor del 40% de las pensiones de todos los jubilados, afiliados al instituto de seguridad social, del país. Otro sector importante que se encuentra subsidiado es el eléctrico, que representa aproximadamente el 3% del total, aunque cabe señalar que es el único que ha mostrado una disminución, pasando en 2010 de USD 356 millones a USD 171 millones en 2011, esto debido al decreto presidencial que redujo la ayuda a las familias que consumían más de 500kwh al mes. 

El subsidio con más peso, en el gasto permanente, es el de los combustibles que en el periodo 2007-2010 representaron en promedio, una participación de aproximadamente el 68% del total de los  subsidios; es decir, aproximadamente USD 5.800 millones, y es el más ineficiente de todos, ya que si observamos la focalización del mismo encontramos que aproximadamente  el 55% de los beneficiarios de este, son las personas ubicadas en el quintil más rico de la población, ya que este estrato es el que más consume, entre otras razones por su nivel de ingresos,  combustibles, en especial las gasolinas como la extra y la súper que son destinadas a movilizar la gran cantidad de vehículos que circulan en el país y que en su mayoría son vehículos particulares.

Analizando de manera más profunda este subsidio, si tomásemos el monto de este que termino en manos del 20% de la población más rica en 2010, estaríamos hablando de USD 2.400 millones, que fueron destinados a un grupo de la población que no necesitaría de esta ayuda gubernamental, con los cuales se hubieran podido construir alrededor de 1.500 escuelas del Milenio, como la construida en Huaquillas en ese mismo año, la que tuvo un costo de USD 1,6 millones y una capacidad de 700 alumnos, lo que significaría que con ese subsidio se excluyo a más de un millón de estudiantes de recibir educación en el anterior año.

De igual manera, si solamente se utilizara el 15% del subsidio que termina en el quintil más rico de la población, anteriormente visto, podríamos haber eliminado en ese año el impuesto a la salida de divisas y obtener más directamente estos recursos; realizando otra comparación, si sumásemos lo recaudado por el impuesto entes mencionado, desde enero del 2008 hasta diciembre de 2010, este monto representaría apenas el 25% del subsidio a los combustibles en ese año, con lo que se podría haber eliminado este impuesto, frenando la subida del mismo.

El subsidio al gas doméstico, que anualmente bordea los USD 500 millones,  llega solamente en un 22% al sector catalogado como pobre en el ecuador y el 36% del subsidio se dirige al quintil más rico de la población, lo que significaría que esta clase se beneficiaría en USD 60 millones más que el sector de la población que realmente necesitaría del subsidio.

Para el próximo año se estipula en el presupuesto general del estado un incremento de los subsidios de aproximadamente el 4%, llegando a los USD 5.015 millones, lo que nos indica que las políticas subsídiales continuaran en el país, lo que seguiría trayendo problemas a la economía local por su mal funcionamiento, por eso la necesidad de mejorar estas políticas en pro del desarrollo humano y el crecimiento económico.

La correcta focalización y eficiencia de los subsidios permitiría que el Estado destinara más recursos a sectores como los de Educación o Salud, de igual manera con los recursos que se podrían recuperar, se pudiera disminuir la presión tributaría existente, eliminando impuestos como el ISD, antes analizado, de manera que no se tendrían que tomar medidas que desincentiven al sector productivo, ni mucho menos a la inversión extranjera directa o local, lo que de llevarse a cabo, traería mayor productividad dentro de la economía ecuatoriana y por ende un incremento en el empleo local.

Todo esto acompañado de una reestructuración institucional del sector público no financiero y del sector público en general, teniendo como objetivo fundamental la búsqueda de la eficiencia, aunque cabe recalcar que, esto no se puede llevar a cabo sin antes concientizar a la población del daño que hacen este tipo de políticas a la economía del país, lamentablemente en nuestro país existe un “taboo” político en cuanto a este tema, lo que no permite a las autoridades realizar medidas que afecten a los subsidios por el costo político tan alto que contraería una medida de estas, de igual manera es lamentable la poca cultura innovadora y emprendedora que existe en el país, aunque también esto puede ser consecuencia de la falta de incentivos que existe actualmente en el Ecuador.


Fuente: Petroecuador, Banco Central del Ecuador

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