Subsidios en el Ecuador
Rodrigo
Humbol
En el país hablar de subsidios es
hablar de un derecho que los ciudadanos lo han tomado como propio e irrevocable
y que políticamente no es deseable ni siquiera hablar de una posible
eliminación del mismo, esto gracias a que por la ineficiencia de los mismos se
han convertido en un derecho adquirido
para los ciudadanos, lacerando considerablemente la economía del país.
La teoría económica nos señala
que para que un subsidio sea eficiente debe cumplir con tres características
fundamentales, la primera es que debe estar focalizado a la población que
necesita del mismo, es decir, debe ir dirigido a la población que más lo
necesite y tener fines de desarrollo humano, en segundo lugar debe ser
temporal, lo que quiere decir que el beneficiario no debería gozar toda su vida
del subsidio, sino que debe cumplir un periodo especifico de tiempo para
canalizar la ayuda, y por último debe ser controlado, de tal manera que se
pueda medir su retorno social y los beneficios que causa a la sociedad. Como se
puede palpar ninguno de los subsidios en el Ecuador cumple a cabalidad con
estas características lo que conlleva al problema antes mencionado, que el
subsidio se convierte en un derecho
adquirido.
Existen doce subsidios en el
país: a los combustibles, al sistema de seguridad social, al sector eléctrico,
al bono de desarrollo humano, a la vivienda, al Banco del Estado, a la úrea, a
la harina, al arroz, al crédito de desarrollo humano, al Banco de Fomento,
entre otros; los cuales en el año 2010 alcanzaron los USD 6.590 millones, monto
que el Estado asume como gasto corriente, es decir permanente y que se financia
con la recaudación impositiva de los ecuatorianos.
De todos los subsidios antes
mencionados, al más cercano al cumplimiento de las características teóricas, es
el Bono de Desarrollo Humano, que representa aproximadamente un 9% del total de
los subsidios. Se dice que es el más cercano al sustento teórico por el hecho
de que posee un mayor control que el resto de subsidios al tener condiciones
básicas para la obtención del mismo, como la asistencia de los hijos del
beneficiado, a la educación básica y las visitas periódicas al médico. Si bien
es cierto el BDH, teóricamente, se acerca más a la “eficiencia” que los demás
subsidios, pero se puede comprobar que este, por mucho, no es eficiencia en la
práctica, esto debido a que la estructura institucional necesaria, para el buen
funcionamiento de este, no se encuentra instalada en el país, por ejemplo el
control no es efectivo, lo que da paso a que individuos que no deberían contar
con este beneficio lo consigan, lo que también nos da señales de la falta de
cultura productiva y emprendedora que existe en el país, lo que también puede
darse por los pocos incentivos existentes a este sector tan importante dentro
de la economía de cualquier país.
El segundo subsidio con mayor
participación es el de la seguridad social que representa aproximadamente el
13% del total y constituye principalmente el pago de alrededor del 40% de las
pensiones de todos los jubilados, afiliados al instituto de seguridad social,
del país. Otro sector importante que se encuentra subsidiado es el eléctrico,
que representa aproximadamente el 3% del total, aunque cabe señalar que es el
único que ha mostrado una disminución, pasando en 2010 de USD 356 millones a USD
171 millones en 2011, esto debido al decreto presidencial que redujo la ayuda a
las familias que consumían más de 500kwh al mes.
El subsidio con más peso, en el
gasto permanente, es el de los combustibles que en el periodo 2007-2010
representaron en promedio, una participación de aproximadamente el 68% del
total de los subsidios; es decir,
aproximadamente USD 5.800 millones, y es el más ineficiente de todos, ya que si
observamos la focalización del mismo encontramos que aproximadamente el 55% de los beneficiarios de este, son las
personas ubicadas en el quintil más rico de la población, ya que este estrato
es el que más consume, entre otras razones por su nivel de ingresos, combustibles, en especial las gasolinas como
la extra y la súper que son destinadas a movilizar la gran cantidad de
vehículos que circulan en el país y que en su mayoría son vehículos
particulares.
Analizando de manera más profunda
este subsidio, si tomásemos el monto de este que termino en manos del 20% de la
población más rica en 2010, estaríamos hablando de USD 2.400 millones, que
fueron destinados a un grupo de la población que no necesitaría de esta ayuda
gubernamental, con los cuales se hubieran podido construir alrededor de 1.500
escuelas del Milenio, como la construida en Huaquillas en ese mismo año, la que
tuvo un costo de USD 1,6 millones y una capacidad de 700 alumnos, lo que
significaría que con ese subsidio se excluyo a más de un millón de estudiantes
de recibir educación en el anterior año.
De igual manera, si solamente se
utilizara el 15% del subsidio que termina en el quintil más rico de la
población, anteriormente visto, podríamos haber eliminado en ese año el
impuesto a la salida de divisas y obtener más directamente estos recursos;
realizando otra comparación, si sumásemos lo recaudado por el impuesto entes
mencionado, desde enero del 2008 hasta diciembre de 2010, este monto
representaría apenas el 25% del subsidio a los combustibles en ese año, con lo
que se podría haber eliminado este impuesto, frenando la subida del mismo.
El subsidio al gas doméstico, que
anualmente bordea los USD 500 millones,
llega solamente en un 22% al sector catalogado como pobre en el ecuador
y el 36% del subsidio se dirige al quintil más rico de la población, lo que
significaría que esta clase se beneficiaría en USD 60 millones más que el
sector de la población que realmente necesitaría del subsidio.
Para el próximo año se estipula
en el presupuesto general del estado un incremento de los subsidios de
aproximadamente el 4%, llegando a los USD 5.015 millones, lo que nos indica que
las políticas subsídiales continuaran en el país, lo que seguiría trayendo
problemas a la economía local por su mal funcionamiento, por eso la necesidad
de mejorar estas políticas en pro del desarrollo humano y el crecimiento
económico.
La correcta focalización y
eficiencia de los subsidios permitiría que el Estado destinara más recursos a
sectores como los de Educación o Salud, de igual manera con los recursos que se
podrían recuperar, se pudiera disminuir la presión tributaría existente,
eliminando impuestos como el ISD, antes analizado, de manera que no se tendrían
que tomar medidas que desincentiven al sector productivo, ni mucho menos a la
inversión extranjera directa o local, lo que de llevarse a cabo, traería mayor
productividad dentro de la economía ecuatoriana y por ende un incremento en el
empleo local.
Todo esto acompañado de una
reestructuración institucional del sector público no financiero y del sector
público en general, teniendo como objetivo fundamental la búsqueda de la
eficiencia, aunque cabe recalcar que, esto no se puede llevar a cabo sin antes
concientizar a la población del daño que hacen este tipo de políticas a la
economía del país, lamentablemente en nuestro país existe un “taboo” político en cuanto a este tema,
lo que no permite a las autoridades realizar medidas que afecten a los
subsidios por el costo político tan alto que contraería una medida de estas, de
igual manera es lamentable la poca cultura innovadora y emprendedora que existe
en el país, aunque también esto puede ser consecuencia de la falta de
incentivos que existe actualmente en el Ecuador.
Fuente: Petroecuador, Banco Central del Ecuador