miércoles, 9 de mayo de 2012

Responsabilidad Social Corporativa



Orígenes y situación actual.

Rodrigo Humbol

La responsabilidad social tiene sus primeros pasos desde el Estado y la Iglesia Católica, los cuales promovieron en la sociedad el concepto del trabajador como sujeto de derechos, como son, trabajo, salario y un trato justo; entonces los estados a través de las legislaciones establecieron normas protectoras, mientras que la Iglesia utilizó su Doctrina Social como medio para promover una conciencia ética entre los empresarios[1]. A finales del siglo XIX, con las corrientes del Cooperativismo y Asociacionismo[2], las cuales se encargaron de montar las bases para la creación de organizaciones gremiales o simplemente agrupaciones conformadas de distintos agentes que se encuentran involucrados en un mismo sector económico, social o ideológico[3]; las cuales se encargaban de velar por el cumplimiento de las normas establecidas en las leyes constituidas en donde se encontrasen, así como también de cumplir social y ambientalmente con la sociedad en el transcurso de las operaciones que realizasen.
Así mismo, la responsabilidad social, tiene un alto grado de compromiso con los accionistas que conforman la empresa, con el fin de mantener una relación ética y responsable con los mismos; también, como ya se lo nombró anteriormente, las metas empresariales deben ser compatibles con el desarrollo sostenible de la sociedad, de esta manera, bajo estas normas, el empresario y la corporación debe salvaguardar la naturaleza y la cultura como herencia para las futuras generaciones, por lo que a la par deberá promover la reducción de las brechas en cuanto a desigualdades sociales.
Una de las principales organizaciones representantes de los trabajadores en el mundo, es la OIT (Organización Internacional del Trabajo), el cual fue conformado por las Naciones Unidas para ocuparse de asuntos relativos al trabajo y a las relaciones laborales exclusivamente. Para la OIT la responsabilidad social es un conjunto de acciones que toman las corporaciones para que sus actividades operacionales generen externalidades positivas hacia la sociedad, afirmando valores y principios fundamentales, los cuales se deben presentar en la constitución de las mismas empresas.
Para la misma OIT, estos procesos se deben cumplir tanto dentro como fuera de la empresa, es decir, que las relaciones internas entre el personal de la misma empresa debe tener coherencia con el trato hacia los demás actores de la cadena productiva del sector, además se establece esto como voluntario, lo que se podría tomar como el deber ser, en cuanto a las actitudes de los empresarios.
Tanto para las empresas privadas como para las instituciones públicas, la responsabilidad social debe ser tomada como norma general de institucionalidad, para esto podemos tomar lo que dice el Gobierno chileno acerca de esta normativa, el cual la define como “La responsabilidad social empresarial o corporativa (RSE), es un estilo de gestión empresarial, que reconoce e incorpora la relación de permanente interdependencia que existe entre la empresa y sus interlocutores, cuyos intereses asume para el mutuo beneficio”[4] (Trabajo, 2005). Para este departamento, me refiero al estudios de la dirección del trabajo, la visión actual de la responsabilidad social corporativa es influenciada principalmente por la globalización, la cual ha llegado a todos los ámbitos del ser humano, por consecuente ha cambiado el impacto en los distintos actores sociales, generando un cambio en el control efectivo del poder, por lo que sustenta, que el Estado y las organizaciones han ido perdiendo su papel de promotores del bien común.

Por otra parte la Organización Mundial del Comercio (OMC), plantea alternativas para el buen funcionamiento de esta norma, estableciendo un sistema mundial de reglamentación que permita una percepción mucho mas desglosada y aclaratoria, de manera que todas las instituciones, tanto públicas o privadas, sean o no con fines de lucro, las manejen de forma correcta y seria.
A esta nueva normativa propuesta por la OMC, se le ve la capacidad de competencia entre empresas que posean y cumplan a cabalidad con la responsabilidad social, de manera que, las empresas puedan establecerse en los mercados y permanecer en ellos bajo las normas establecidas. Esto lo sostiene ya que han comprobado empíricamente que las empresas que son más responsables en temas sociales, son las que mayores ganancias perciben en el largo plazo, y por lo tanto poseen estabilidad frente a las externalidades negativas.
Esta estabilidad se la puede dar de manera lógica, en el sentido de que, a mayor responsabilidad por parte de la empresa, mayor será la fidelidad, lo que a la vez enriquece la imagen corporativa y contribuye a la rentabilidad corporativa en el largo plazo; con esto se sigue sustentando que la responsabilidad social puede generar una ventaja comparativa a nivel internacional.
La Dirección de Trabajo de Chile, también se refiere a la RSE (Responsabilidad Social Empresarial), como un medio que, al igual que lo dice la OMC, ayuda a las empresas y entidades a ganar terreno en el mercado, ya que por medio de sus trabajadores llega hacia la sociedad y genera confianza en la imagen de empresa como tal, lo que podría traer como consecuencia un crecimiento sostenido y responsable.
Al hablar de Responsabilidad social, suele interpretarse como Filantropía, y esto es un error que a menudo se suele cometer, esto principalmente por el hecho de que los objetivos de las dos “corrientes”, convergen en un mismo punto, el bienestar colectivo. Para digerir de mejor manera estas líneas, empecemos con  recordar la definición de Filantropía, que es la acción de cooperar de manera altruista en temas sociales y de bienestar colectivo.
Con lo anteriormente visto, podemos poner en la discusión la principal interrogante que nace a partir de la confusión entre estos dos términos, la Responsabilidad Social Empresarial y la Filantropía; en donde se pone el concepto mencionado en las primeras líneas, que es el de acatar las normas establecidas de manera voluntaria, lo que se rompe con el accionar del estado al intervenir de manera obligatoria a que las empresas fomenten sus operaciones de manera responsable con la comunidad.

De esta manera se plantean los diferentes puntos de discusión entre estas dos corrientes, en donde se define la acción de realizar la acción de forma voluntaria, algo que los que practican la Filantropía defienden como netamente altruista, a comparación de la responsabilidad social que realizan las empresas se ve sesgada por el hecho de que estas acciones pretenden la retribución de las mismas en forma de incentivos tributarios o monetarios, esto es, debido a que la mayoría de estados, como se lo nombro en un principio, deben incluir en sus constituciones que las empresas busquen el bienestar colectivo del lugar en donde se encuentren operando, de manera que en la mayoría de casos se premia dicha acción, lo que rompe con el altruismo.
Al ser la empresa el ente que realiza las acciones de manera, se podría decir interesada, los que practican el altruismo toman este hecho como principal componente de su defensa, en el sostenimiento de que esta ayuda, si bien ayuda puede ser de ayuda para la sociedad, no son del todo transparentes, lo que da paso a ineficiencias en la acción realizada, lo que en algunos casos podría profundizar el problema en lugar de remediarlo.

Desde la perspectiva del control, la responsabilidad social empresarial o corporativa, es muy débil en algunos sectores de la misma, es decir, como se lo dijo en un principio, estas responsabilidades se las puede adquirir de forma voluntaria o de forma obligatoria lo que complica el control, en la medida en que las entidades que opten por la forma voluntaria no deberán presentar ninguna clase de respaldo hacia el Estado y las acciones se las podrán estar dirigiendo de manera ineficiente. Por otro lado si se toma la opción de obligatoria, las empresas o entidades deberán presentar reportes que posiblemente se encuentren sesgados de una u otra forma, en el sentido de que se ven incentivados a ser ineficientes por el mero hecho de cumplir con las normas.

A modo de conclusión:
Podemos decir que la responsabilidad social corporativa busca mejorar, en sus bases teóricas la eficiencia de la empresa, con estabilidad y seguridad al largo plazo; lamentablemente la ineficiencia en la operación de estas normas da paso a que los recursos no sean absorbidos de la mejor manera y la distribución de los mismos sean mal enfocados, esto aparte de no ayudar a la sociedad en su conjunto, implica que las empresas caigan en ineficiencias internas y de esta manera esto puede hacer eco en sus balances.


[1] Dirección de Trabajo – Gobierno Chileno 2005
[2] Organización Internacional del Trabajo
[3] Agrupación de Sociedades Asturianas de Trabajo Asociado y de Economía Social (ASATA)
[4] Dirección del Trabajo, departamento de estudios; Responsabilidad Social Empresarial; Santiago de Chile 2005.