Orígenes y situación actual.
Rodrigo
Humbol
La
responsabilidad social tiene sus primeros pasos desde el Estado y la Iglesia
Católica, los cuales promovieron en la sociedad el concepto del trabajador como
sujeto de derechos, como son, trabajo, salario y un trato justo; entonces los
estados a través de las legislaciones establecieron normas protectoras,
mientras que la Iglesia utilizó su Doctrina Social como medio para promover una
conciencia ética entre los empresarios[1]. A
finales del siglo XIX, con las corrientes del Cooperativismo y Asociacionismo[2], las
cuales se encargaron de montar las bases para la creación de organizaciones
gremiales o simplemente agrupaciones conformadas de distintos agentes que se
encuentran involucrados en un mismo sector económico, social o ideológico[3]; las
cuales se encargaban de velar por el cumplimiento de las normas establecidas en
las leyes constituidas en donde se encontrasen, así como también de cumplir
social y ambientalmente con la sociedad en el transcurso de las operaciones que
realizasen.
Así mismo,
la responsabilidad social, tiene un alto grado de compromiso con los
accionistas que conforman la empresa, con el fin de mantener una relación ética
y responsable con los mismos; también, como ya se lo nombró anteriormente, las
metas empresariales deben ser compatibles con el desarrollo sostenible de la
sociedad, de esta manera, bajo estas normas, el empresario y la corporación
debe salvaguardar la naturaleza y la cultura como herencia para las futuras
generaciones, por lo que a la par deberá promover la reducción de las brechas
en cuanto a desigualdades sociales.
Una de las
principales organizaciones representantes de los trabajadores en el mundo, es
la OIT (Organización Internacional del
Trabajo), el cual fue conformado por las Naciones Unidas para ocuparse de
asuntos relativos al trabajo y a las relaciones laborales exclusivamente. Para
la OIT la responsabilidad social es un conjunto de acciones que toman las
corporaciones para que sus actividades operacionales generen externalidades
positivas hacia la sociedad, afirmando valores y principios fundamentales, los
cuales se deben presentar en la constitución de las mismas empresas.
Para la
misma OIT, estos procesos se deben cumplir tanto dentro como fuera de la
empresa, es decir, que las relaciones internas entre el personal de la misma
empresa debe tener coherencia con el trato hacia los demás actores de la cadena
productiva del sector, además se establece esto como voluntario, lo que se
podría tomar como el deber ser, en
cuanto a las actitudes de los empresarios.
Tanto para
las empresas privadas como para las instituciones públicas, la responsabilidad
social debe ser tomada como norma general de institucionalidad, para esto
podemos tomar lo que dice el Gobierno chileno acerca de esta normativa, el cual
la define como “La responsabilidad social
empresarial o corporativa (RSE), es un estilo de gestión empresarial, que
reconoce e incorpora la relación de permanente interdependencia que existe
entre la empresa y sus interlocutores, cuyos intereses asume para el mutuo
beneficio”[4]
(Trabajo, 2005). Para este
departamento, me refiero al estudios de la dirección del trabajo, la visión
actual de la responsabilidad social corporativa es influenciada principalmente
por la globalización, la cual ha llegado a todos los ámbitos del ser humano,
por consecuente ha cambiado el impacto en los distintos actores sociales,
generando un cambio en el control efectivo del poder, por lo que sustenta, que
el Estado y las organizaciones han ido perdiendo su papel de promotores del
bien común.
Por otra
parte la Organización Mundial del Comercio (OMC), plantea alternativas para el
buen funcionamiento de esta norma, estableciendo un sistema mundial de
reglamentación que permita una percepción mucho mas desglosada y aclaratoria,
de manera que todas las instituciones, tanto públicas o privadas, sean o no con
fines de lucro, las manejen de forma correcta y seria.
A esta
nueva normativa propuesta por la OMC, se le ve la capacidad de competencia
entre empresas que posean y cumplan a cabalidad con la responsabilidad social,
de manera que, las empresas puedan establecerse en los mercados y permanecer en
ellos bajo las normas establecidas. Esto lo sostiene ya que han comprobado
empíricamente que las empresas que son más responsables en temas sociales, son
las que mayores ganancias perciben en el largo plazo, y por lo tanto poseen
estabilidad frente a las externalidades negativas.
Esta
estabilidad se la puede dar de manera lógica, en el sentido de que, a mayor
responsabilidad por parte de la empresa, mayor será la fidelidad, lo que a la
vez enriquece la imagen corporativa y contribuye a la rentabilidad corporativa
en el largo plazo; con esto se sigue sustentando que la responsabilidad social
puede generar una ventaja comparativa a nivel internacional.
La
Dirección de Trabajo de Chile, también se refiere a la RSE (Responsabilidad Social Empresarial),
como un medio que, al igual que lo dice la OMC, ayuda a las empresas y
entidades a ganar terreno en el mercado, ya que por medio de sus trabajadores
llega hacia la sociedad y genera confianza en la imagen de empresa como tal, lo
que podría traer como consecuencia un crecimiento sostenido y responsable.
Al hablar
de Responsabilidad social, suele interpretarse como Filantropía, y esto es un
error que a menudo se suele cometer, esto principalmente por el hecho de que
los objetivos de las dos “corrientes”, convergen en un mismo punto, el
bienestar colectivo. Para digerir de mejor manera estas líneas, empecemos
con recordar la definición de
Filantropía, que es la acción de cooperar de manera altruista en temas sociales
y de bienestar colectivo.
Con lo
anteriormente visto, podemos poner en la discusión la principal interrogante
que nace a partir de la confusión entre estos dos términos, la Responsabilidad
Social Empresarial y la Filantropía; en donde se pone el concepto mencionado en
las primeras líneas, que es el de acatar las normas establecidas de manera
voluntaria, lo que se rompe con el accionar del estado al intervenir de manera
obligatoria a que las empresas fomenten sus operaciones de manera responsable
con la comunidad.
De esta
manera se plantean los diferentes puntos de discusión entre estas dos
corrientes, en donde se define la acción de realizar la acción de forma
voluntaria, algo que los que practican la Filantropía defienden como netamente
altruista, a comparación de la responsabilidad social que realizan las empresas
se ve sesgada por el hecho de que estas acciones pretenden la retribución de
las mismas en forma de incentivos tributarios o monetarios, esto es, debido a
que la mayoría de estados, como se lo nombro en un principio, deben incluir en
sus constituciones que las empresas busquen el bienestar colectivo del lugar en
donde se encuentren operando, de manera que en la mayoría de casos se premia
dicha acción, lo que rompe con el altruismo.
Al ser la
empresa el ente que realiza las acciones de manera, se podría decir interesada,
los que practican el altruismo toman este hecho como principal componente de su
defensa, en el sostenimiento de que esta ayuda, si bien ayuda puede ser de
ayuda para la sociedad, no son del todo transparentes, lo que da paso a
ineficiencias en la acción realizada, lo que en algunos casos podría
profundizar el problema en lugar de remediarlo.
Desde la
perspectiva del control, la responsabilidad social empresarial o corporativa,
es muy débil en algunos sectores de la misma, es decir, como se lo dijo en un
principio, estas responsabilidades se las puede adquirir de forma voluntaria o
de forma obligatoria lo que complica el control, en la medida en que las
entidades que opten por la forma voluntaria no deberán presentar ninguna clase
de respaldo hacia el Estado y las acciones se las podrán estar dirigiendo de
manera ineficiente. Por otro lado si se toma la opción de obligatoria, las
empresas o entidades deberán presentar reportes que posiblemente se encuentren
sesgados de una u otra forma, en el sentido de que se ven incentivados a ser
ineficientes por el mero hecho de cumplir con las normas.
A modo de
conclusión:
Podemos
decir que la responsabilidad social corporativa busca mejorar, en sus bases
teóricas la eficiencia de la empresa, con estabilidad y seguridad al largo
plazo; lamentablemente la ineficiencia en la operación de estas normas da paso
a que los recursos no sean absorbidos de la mejor manera y la distribución de
los mismos sean mal enfocados, esto aparte de no ayudar a la sociedad en su
conjunto, implica que las empresas caigan en ineficiencias internas y de esta
manera esto puede hacer eco en sus balances.